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CAPÍTULO 2

ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS

La investigación arqueológica de la región de Cochabamba y de la sociedad Tiwanaku ha tenido avances importantes en la década pasada [1986-1996]. El presente trabajo proporciona la base para la investigación orientada por problemas específicos y detallados. En las secciones siguientes repasaré es estado de conocimiento de la entidad política Tiwanaku y de la secuencia estilística de la cerámica de Cochabamba.

La importancia de la región de Cochabamba para entender los efectos del imperialismo precolombino en los Andes Centro Sur es grande, dada la interacción de la región con dos de las entidades políticas más grandes de la prehistoria andina, los estados Tiwanaku e Inka. Sin embargo, la carencia de la difusión de la investigación de las décadas pasadas en la región (Bennett 1936; Byrne 1964; Ibarra Grasso 1944, 1965; Rydén 1954, 1959; Walter 1966), incluyendo la de los actuales  arqueólogos de Cochabamba (Céspedes 1982; 1983; Pereira 1982a, 1982b, 1983) ha producido muchos malentendidos de la prehistoria de Cochabamba.

Algunos de los malentendidos giran alrededor de los estilos cerámicos locales que se desarrollan en el periodo Formativo y los periodos de post-formativos antes de la introducción de materiales de estilo Tiwanaku (Anderson y Céspedes 1994; Brockington y Pereira 1989; Brockington et al. 1985, 1986, 1987). Otros malentendidos se refieren a los procesos de la interacción que produjeron una distribución extensa del material de estilo Tiwanaku en Cochabamba, en una variante estilística que W.C. Bennett llamó Tiahuanaco Derivado (1936).

Los materiales de estilo Tiwanaku Derivado de Cochabamba son a menudo distinguidos de la cerámica de Tiwanaku mismo, y de tal estilo, en base de diferencias específicas en la forma y la decoración (Alconini 1993; Janusek 1994; Rivera 1994). Sin embargo, concuerdo con Janusek (1994:127) que arguye, de manera general, que el estilo Tiwanaku Derivado "siendo similar a la cerámica de Tiwanaku IV, es difícil de aislar de manera precisa." Goldstein (1989:238) también observa la semejanza en la cerámica de Chen Chen (Perú) y las conjuntos cerámicos de Cochabamba.

La secuencia cronológica adoptada en esta investigación consiste en cuatro periodos temporales: Formativo, Intermedio Temprano, Intermedio, y Tardío (Figura 3). Todos estos periodos, excepto el Intermedio Temprano, han sido utilizados en el pasado por arqueólogos en Cochabamba. Los rangos temporales de los cuatro periodos definidos son el producto de la información estratigráfica y de radiocarbono (Anderson y Céspedes 1994; Brockington et el al. 1985, 1987), y tres síntesis publicadas sobre la arqueología de Cochabamba (Ibarra Grasso 1965; Ibarra Grasso y Querejazu 1986; Céspedes, en prensa).

El periodo Intermedio Temprano se introduce en esta investigación para sustituir el "periodo Formativo final" usado por Brockington et el al. (ca. 200-600 d.C.; 1985, 1987). Los cambios que comienzan en el 200 d.C. con la introducción de los estilos pintados de cerámica en Mizque y el Valle Central sustentan esta decisión (Anderson y Céspedes 1994). Esto no imposibilita, sin embargo, que los estilos pudieran superar los límites temporales arbitrarios de estos periodos. Para los propósitos comparativos, la ocupación de cada periodo es definida por los estilos asignados a ese periodo, y se omite la consideración de la coexistencia a largo plazo de algunos estilos.

Finalmente, de manera diferente a la cronología de los Andes Centrales, los periodos en esta secuencia no tienen ninguna connotación evolutiva. No estoy asumiendo que estos periodos, especialmente los dos más tempranos, representan etapas en una trayectoria de aumento de la complejidad en la organización de entidades políticas locales. Aun así, hay una carencia de evidencia para relacionar diversidad estilística con la fragmentación política, o para sugerir el nivel del desarrollo sociopolítico de las sociedades locales.

LA SECUENCIA CRONOLÓGICA EN COCHABAMBA

Mis preocupaciones principales al aproximarme a la secuencia cronológica de Cochabamba eran: (1) Evaluar la diversidad estilística local antes de la aparición de los materiales de estilo Tiwanaku en la región; y, (2) Definir el periodo de uso de los materiales de estilo Tiwanaku en un contexto "provincial".

El primer problema ha sido tratado solamente de forma parcial asignando los estilos locales al periodo Intermedio Temprano. Se sabe poco del asentamiento, de la integración política, o del cambio social entre el grupo de entidades políticas locales representados por estos distintivos estilos cerámicos; de hecho, todavía no se sabe si la distribución de estos estilos refleja los territorios de entidades políticas existentes en tal periodo. Los detalles sobre la estructuras constitución políticos del periodo Intermedio Temprano necesitarán aguardar una futura investigación.

El segundo problema concierne la secuencia de la cerámica del estilo Tiwanaku en Cochabamba. A diferencia de otros casos, donde la secuencia del altiplano se utiliza en contextos no altiplánicos (Goldstein 1990b), en esta disertación trato al material de estilo Tiwanaku como una sola unidad. Céspedes ha adoptado los periodos del altiplano IV y V para dividir la cerámica de Tiwanaku en Cochabamba de los entierros de Piñami (Figura 2), aunque la mayoría de las vasijas corresponden a la cerámica de estilo Tiwanaku Derivado de Bennett. Además, algunos ejemplos de la cerámica "clásico" del periodo IV del altiplano ocurren en la región (Bennett 1936; Rydén 1959; Byrne 1964).

Mi posición es que la tradición de estilo Tiwanaku en Cochabamba representa una versión "provincial" localmente producida de la cerámica de Tiwanaku. Debido a su amplia distribución, según lo documentado actualmente en Cochabamba, esta cerámica no se puede considerar un bien de intercambio o de prestigio (como sí lo era en San Pedro de Atacama, por ejemplo; Tarragó 1992). El proceso que condujo a un desarrollo relativamente rápido de un estilo Tiwanaku Derivado en   Cochabamba, dado la ocurrencia muy rara de materiales "clásicos" de estilo Tiwanaku, y el papel de los estilos de cerámica locales en tal proceso, es una avenida de investigación futura.

La evidencia de esta amplia distribución suplanta el análisis de la tradición local de la cerámica de estilo Tiwanaku en sí. En mi investigación, la distribución espacial de los materiales de estilo Tiwanaku de Cochabamba era secundaria a una preocupación con los cambios diacrónicos en el uso de tierras y asentamientos en el contexto local de la región de Cochabamba. La investigación de los patrones de organización política anteriores y posteriores al desarrollo de los materiales de estilo Tiwanaku de Cochabamba se sustentará mejor en patrones de asentamiento más que en distribuciones estilísticas.

El periodo Formativo (1150 a.C.-200 d.C.)

El periodo Formativo es caracterizado por una tradición de la cerámica monocromática con bajas proporciones de cerámica decorada (incidida o pintada), y una extensa variación regional en los tipos cerámicos (Figura 4; cnt'd. Brockington et al. 1985; Rydén 1952). Se sabe poco de la organización sociopolítica del Formativo. La carencia de arquitectura monumental o de asentamientos grandes en Cochabamba sugiere que fueron sociedades relativamente simples en la comparación a los procesos formativos del altiplano tales como Pukara y Chiripa.

La siguiente descripción de la cerámica del periodo Formativo se ha obtenido de las investigaciones dirigidas por Donald Brockington y el Museo de Cochabamba (Brockington et el al. 1985, 1986, 1987). Los tipos cerámicos para la secuencia fueron definidos en base a la pasta y temperante de material del sitio de Sierra Mokho y a cocción y acabado de superficie de los sitios de Mizque. Existen diversas formas de vasijas dentro de cada tipo, significando que la forma no es el indicador temporal primario. Algunos tipos continuaron en uso en periodos post-formativos. La cerámica Formativa en Sierra Mokho (Figura 2) de los periodos Formativos Temprano y Medio es caracterizado por dos tipos principales. El primer tipo tiene una pasta arenosa, sin laminar, con temperante de piedra molida y grava, con las superficies exteriores alisadas o raramente pulidas, y con colores en el rango de rojo a marrón oscuro (tipo 6). Cantaros, urnas y las formas de tazones continúan siendo hechos con esta pasta en tiempos post-formativos. El segundo tipo, llamado Sierra Mokho Rosado (el tipo 2), tiene una pasta laminada, compacta y muy fina con un temperante disperso de grava de tamaño pequeño y medio. Las formas son sobre todo tazones y ollas globulares. Éstas tienen un engobe de naranja a rojo claro sobre una pasta cocida rosada y patrones pulido de normal a altamente pulidos en sus superficies externas.

Ambos tipos de cerámica aparecen con alta frecuencia en el periodo Formativo Temprano y dominan el periodo Formativo Medio. Las piezas con mica de color claro aparecen en este periodo Tardío. En el periodo Intermedio Temprano, los dos tipos principales del Formativo declinan en proporción con la ocurrencia del estilo Tupuraya. Los cambios durante el periodo Formativo Medio incluyeron una disminución de densidades totales de sus tipos, y cambios en la fabricación de la cerámica consistentes en cocción a menores temperaturas y paredes más estrechas. Los cantaros y las urnas del tipo 6 se reducen en frecuencia y desaparecen. Fueron substituidos por ollas con cuello y formas de ánfora -como los recipientes típicos de tradiciones del periodo Intermedio Temprano.

Los sitios Formativos de Mizque están dominados mayormente por un solo tipo (el tipo 4) que ocurre en todos los niveles estratigráficos. Este tipo se puede subdividir por el color de su superficie. Tiene una pasta ligeramente arenosa,  no laminada de arcilla fina. El temperante es de grava fina y piedra molida, generalmente pizarra que tiene inclusiones naturales de mica. Las formas son sobre todo platos y tazones-fuente de paredes abiertas, y cantaros. La forma del kero ocurre en el periodo Formativo Medio en piezas naranjas. El tratamiento superficial es altamente pulido con acabado brillante, y cambiará algo más adelante a un acabamiento solamente alisado. Los tres colores de la cerámica que ocurren en este tipo tienen cierta significación cronológica: (1) el color ocre ocurre en la cerámica más temprana y más común a lo largo de la secuencia; (2) la cerámica negra acompaña a las vasijas de color ocre en los niveles más bajos; y (3) la cerámica naranja crece proporcionalmente a la decrecimiento de las vasijas ocre, y se convirtieron en las piezas principales en la última parte de la secuencia. La cerámica del periodo Formativo de Mizque se adorna raramente. Patrones de incisiones finas y profundas con diseños triangulares (Figura 4), y puntuación fueron encontrados solamente en las pipas de arcilla de Sierra Mokho. La cerámica pintada de este periodo parece haber sido asociada a periodo Formativo Medio, antes de la dominación de la cerámica de tipo anaranjada.

Aunque la secuencia de Mizque no es tan completa como la secuencia de Sierra Mokho, Brockington et al. (1987) notan que 94% de toda la cerámica utilitaria de todos los periodos en Mizque era de tipos "Formativos" similares en pasta y temperante. Brockington sugiere que las vasijas del tipo Sierra Mokho Rosado encontradas en Mizque se podrían haber importado del valle de la central de Cochabamba.

El periodo Intermedio Temprano (200 a.C.-600 d.C.)

Quillacollo, Mojocoya, Sauces, y Tupuraya son los estilos locales que ocurren como tradiciones en el periodo pre-Tiwanaku. No se ha publicado datos exactos sobre los contextos en el que se encuentran estos estilos, excepto por Walter (1966). La afiliación temporal pre-Tiwanaku de los últimos tres estilos fue sugerida por Ibarra Grasso (1965). El estilo Quillacollo se ha documentado en un pozo estratigráfico en Quillacollo en el Valle Central (Anderson y Céspedes 1994). Estos cuatro estilos con decoración pintada rompen la homogeneidad general de la cerámica monocromática del periodo Formativo.

El estilo Quillacollo

Este estilo, documentado recientemente por Anderson y Céspedes (1994), se propone como el más temprano de los estilos, coexistiendo con cerámica Formativa Monocromática que irá disminuyendo concomitantemente. El estilo está definido por una cerámica decorada con pintura de color rojo a rojo oscuro, y casos de púrpura sobre una superficie crema a crema-anaranjada o anaranjada (Figura 5; cnt'd). Los motivos pintados consisten en líneas paralelas, rectas u onduladas en formas de V o Z, o líneas en retículas. Los tiestos son poco pulidos, pero la mayoría se alisan en el interior. No tienen ningún engobe crema, pero más bien un baño aguado de color blanco sobre toda la superficie. Algunas formas utilitarias se han asociado tentativamente a este estilo. Se redondean las bases, los bordes son redondeados y finos, diferenciándose de las bases gruesas y planas de la tradición monocromática formativa. Sólo unos cuantos tiestos de este estilo fueron encontrados durante la prospección superficial de esta investigación.

El estilo Mojocoya

Éste es un estilo cuyo sitio tipo, Mojocoya, está situado al norte de Chuquisaca, la región al sur de Cochabamba. Un asentamiento con una ocupación densa de estilo Mojocoya también se ha documentado en El Tambo (ca. 200 d.C.; Brockington et al. 1992; Figura 2) en el territorio de Cochabamba. Sin embargo, no se documentó ninguna concentración importante con el estilo Mojocoya en mi investigación. Ibarra Grasso (1965) menciona el hallazgo de materiales de estilo Mojocoya sobre los materiales del estilo Tupuraya en excavación, pero no provee ningún detalle del contexto de tal superposición. La cerámica Mojocoya tiene paredes delgadas y arcilla cocida muy dura. Tiene un engobe marrón o rojo-anaranjado brillante en ambas superficies (Figura 5). La pintura decorativa va de color gris oscuro al azul grisáceo o de rojo oscuro a violeta-rojo. Los motivos pictóricos principales son espirales, escaleras y triángulos. Las formas más populares son el kero, y un recipiente cónico de libación con perforaciones en su ancha base. Los tazones con trípode tienen patas planas o rectangulares.

El estilo Sauces

Este estilo, identificado por Ibarra Grasso (1965) en el valle de Mizque (en el lugar que llamamos sitio MI 39 en la muestra de la prospección de Mizque; Figura 37) es caracterizado por urnas grandes "aribaloides" con cuellos anchos y asas planas en la sección más baja del cuerpo. Las urnas grandes usadas para los entierros no tienen decoración. Los vasos más pequeños y las tazas de paredes evertidas tienen decoración de "escalera" (de dos a tres triángulos) de color negro delineado con blanco, sobre un engobe grueso rojo oscuro que cubre todo el recipiente (Ibarra Grasso y Querejazu 1986:185-188; Figura 5). Las jarras antropomorfas tienen cuellos anchos y altos, y características faciales hechas con apliqué de arcilla (e.g., " ojo grano de café"). Las grandes urnas Sauces sin decorar son del tipo en las cuales los entierros con materiales del estilo Tiwanaku fueron hechos en Cochabamba (Rydén 1959).

El estilo Tupuraya

Rydén documentó el estilo Tupuraya en el montículo de Tupuraya, un barrio de la ciudad de Cochabamba, y en Cayhuasi en el altiplano, nombrándolo Mojocoya Tricolor (Rydén 1959:84-89). Bennett, según Rydén, lo encontró en la superficie del sitio de Arani. Ibarra Grasso (1965:181-184) excavó un entierro Tupuraya en el mismo sitio de Arani. El estilo también ocurre en Chullpapata, superpuesto sobre la ocupación Formativa (Walter 1966). Mi investigación identificó asentamientos de Tupuraya en ambas áreas de la prospección. Las conjuntos cerámicos en cada área del prospección variaron mucho en términos de la calidad de producción, con la región de Mizque exhibiendo piezas y cerámica Tupuraya extremadamente fina.

La cerámica de estilo Tupuraya es de arcilla de color crema-blanca del tipo caolín bien cocida, con superficies de color rojizo claro, y un engobe crema-amarillo grueso pero fugitivo (este engobe es gris a veces ligero debido a los problemas de cocción con leña). La decoración pintada es, de manera variada, de colores marrón oscuro, negro, rojo oscuro, o rojo ladrillo, formando diseños geométricos -- sobre todo rectángulos, triángulos, motivos de escalera, y, más raramente, la forma de serpentina  (Figura 6). Las formas más comunes de recipientes son el kero, una jarra pequeña con asas, y un tazón con trípode con el cuerpo angular y las patas ahusadas redondas.

El periodo Intermedio (600-1000 d.C.)

El periodo Intermedio es definido por el estilo Cochabamba, el estilo Tiwanaku Derivado, el estilo Omereque, y el estilo Gray Ware (Rydén 1959). Este último estilo es de larga duración en la secuencia cronológica: aparece en sitios del periodo Intermedio Temprano, Intermedio y Tardío en el área de prospección de Mizque; pero solamente en contextos del periodo Intermedio en el área de prospección de Capinota-Parotani.

El estilo Omereque fue referido como Río Mizque Policromo (Rydén 1959) y Nascoide (Ibarra Grasso 1965), refiriendose a las semejanzas en diseño y en colores policromos al estilo Nasca. Karaparial es un estilo definido como variante de la tradición Omereque (Céspedes, comm.pers.). El estilo Cochabamba se ha definido recientemente como una tradición local de estilo pre-Tiwanaku (Anderson y Céspedes 1994).

El estilo Omereque

La cerámica Omereque es policroma, y de arcilla bien cocida de colores rojos fuertes. Las superficies se pulen y tienen bien un tratamiento externo similar a la cerámica de Tiwanaku; es decir, un patrón de pulido fino. Los engobes son anaranjados, rojo-anaranjados, y ocres. La decoración pintada se hace de colores ocre, gris y rojo cinabrio claro y oscuro, con líneas negro delineando los diseños. El color gris no ocurrirá en cerámica de estilo Tiwanaku.

La decoración se hace con diseños antropomorfos o zoomorfos curvados y naturalísticos repetidos en un estilo barroco-estilo sobre la superficie del recipiente (Figura 7; cnt'd). Las formas principales son el vaso cónico del libación -- el chayador, un kero con una base extremadamente estrecha -- y vasos sin asas con las paredes evertidas. El chayador es también una forma común de la cerámica del estilo Tiwanaku Derivado en Cochabamba.

El estilo Karaparial tiene decoración más geométrica que el estilo Omereque (Céspedes, comm.pers.) con el mismo tipo de figuras que se entrelazan intrincadas y profusas, y los diseños en negativo paralelos a sus contrapartes positivas. Tiene los colores de la cerámica Omereque, con un fondo rojo al  rojo oscuro; sin embargo, el gris no se utiliza (Figura 7). Los estilos Omereque y Karaparial se han encontrado juntos en contextos de entierros, y algunos recipientes tienen a ambos estilos combinados en sus superficies internas y externas (Walter 1966:293; Anderson, comm.pers.).

Ibarra Grasso (1965) propuso que el estilo Omereque era anterior que los materiales de estilo Tiwanaku en Cochabamba, pero ambos se encuentra juntos en entierros en el sitio de Lakatambo en Mizque (Walter 1966; Mi 13). En este sitio, la disminución de los tiestos Omereque es paralelo a la disminución de los materiales de estilo Tiwanaku (Walter 1966). Walter (1966:278) sugirió que el estilo Omereque fuera producido por las poblaciones locales, no-Tiwanaku, bajo influencia fuerte de Tiwanaku. Sin embargo, sugirió que tanto el material de estilo Omereque como Tiwanaku hubieran sido importaciones en Lakatambo.

El estilo Cochabamba

El estilo Cochabamba representa una tradición local anterior a la aparición del estilo Tiwanaku Derivado. Se le ha asignado temporalmente al periodo de Tiwanaku IV en Cochabamba (Céspedes, comm. pers.). Anderson y Céspedes sugieren una cierta influencia del estilo Cochabamba en los materiales del estilo Tiwanaku Derivado en Cochabamba . El estilo Cochabamba tiene decoración geométrica de color marrón oscuro y negra sobre un fondo naranja, marrón y superficies a veces sin engobe. Los motivos son anillos semicirculares con círculo central, volutas, y patrones de galón paralelos. La forma más común es el tazón de ángulos rectos y pared baja (puku) con decoración pintada sobre el borde interior (Figura 7).

En este periodo se inicia una "tradición" distintiva de cerámica doméstica. Esto incluye formas de olla con las asas puestas sobre el borde de la vasija y con protuberancias en el ápice del asa (Rydén 1959: Figura 47). Estos ollas no tienen ningún engobe ni baño de color. No están más presentes las orejas y las bases espesadas y redondeadas del periodo Formativo. Las pastas son de pizarra molida de tamaño medio que es visible en las superficies alisadas. Los recipientes son de color rojo a rojo-anaranjado y marrón, pero en la mayoría de casos el uso (con fuego y carbón) ha oscurecido las paredes.

Cerámica de estilo Tiwanaku Derivado

Este estilo domina el conjunto de la cerámica del periodo Intermedio y se sugiere que fue producido localmente. El estilo Tiwanaku de Cochabamba tiene varias características iconográficas, decorativas, y tecnológicas importantes que lo distingan del estilo clásico del altiplano y de la cerámica decadente de Tiwanaku, pero en general representa a un conjunto muy similar. Estilos contemporáneos locales, como urnas de estilo Omereque, de Karaparial, de Cochabamba, y Sauces, comparten con la cerámica del estilo Tiwanaku ciertas formas y colores, aunque su iconografía es muy diferente.

La cerámica de estilo Tiwanaku Derivado de Cochabamba tiene una pasta fina, de color marrón claro, con arena extremadamente fina y sin inclusiones o temperante molido de pizarra. La pasta y temperante de esta cerámica es diferente de aquellas de los estilos del periodo Intermedio Temprano, pero es muy similar a la pasta y al temperante de estilo Omereque.

En su iconografía, técnica decorativa, y formas de las vasijas, este estilo es ligeramente diferente de los conjuntos del altiplano. La decoración consiste en patrones geométricos simples, patrones de "S", líneas onduladas horizontales y verticales, rombos, semicírculos, cruces, patrones de escalera, cabezas estilizadas humanas o felinas, y cabezas estilizadas entrelazadas en bandas alrededor del kero (Figura 8; cnt'd). Estas características también se encuentran en la cerámica  Tiwanaku del altiplano (Janusek 1994: Figuras 7,19 y 7,22). Otros adornos de Tiwanaku del altiplano son más complejos y no ocurren a menudo en Cochabamba (Janusek 1994: 7,18; 8,19; Byrne 1964: Figura 4; Walter 1966: Figura 18). La iconografía en la cerámica de estilo Tiwanaku Derivado se simplifica, con adornos humanos o animales completos muy raros, y un énfasis en las cabezas estilizadas (Rydén 1959: Figura 48). La decoración en el kero se coloca es la porción superior del recipiente. El área inferior no se adorna, en contraste con el material del altiplano.

El espectro de color de esta cerámica es diferente de la cerámica del altiplano en tener un predominio de engobes anaranjado-rojizos, y de un púrpura-marrón más oscuro como color de la pintura. Una pintura blanca fugitiva se utiliza para las líneas, los contornos y las figuras geométricas sólidas. Las formas más comunes son el kero, que ya ocurrió en la región con el estilo Tupuraya, el puku, y un tazón globular pequeño con dos asas verticales u horizontales. Los keros tiene varios anillos en relieve en la parte media de las paredes del recipiente. Además, una forma diagnóstica importante del estilo Tiwanaku de Cochabamba es el chayador, el kero de base muy estrecha, que también ocurre en el estilo Omereque. Esta forma es un buen marcador para los materiales de estilo Tiwanaku Derivado en el área nuclear del altiplano.

Discusiones referentes al estilo Tiwanaku en Cochabamba

Hay poca discusión de la ubicuidad en Cochabamba de la tradición del estilo Tiwanaku Derivado en el periodo Intermedio. Pero siguen habiendo muchas preguntas: ¿El inicio de una tradición de estilo Tiwanaku Derivado en Cochabamba comienza con la cerámica "clásica" de Tiwanaku o se inicia sólo con el préstamo de estilos del área nuclear de Tiwanaku? ¿Fue un estilo derivado de alguna manera de los estilos locales de Cochabamba? Éstas son las preguntas que serán difíciles de resolver con los datos actuales para el valle, pero se puede proponer algunas ideas sobre estas relaciones.

La cerámica "clásica" de estilo Tiwanaku del altiplano (es decir, cerámica con un engobe rojo oscuro, con decoración en las bandas más bajas del kero, y mica oscura del altiplano) se ha encontrado muy poco en Cochabamba. Algunos recipientes "clásicos" de estilo Tiwanaku ocurren en la asociación con cerámica de estilo Tiwanaku Derivado en Tupuraya (Rydén 1956), en un solo caso en Arani (Bennett 1934), y con cerámica Omereque, en Cayacayani (Byrne 1964).

Bennett (1936) observó que la cerámica de estilo Tiwanaku de Cochabamba es diferente del estilo "decadente" de Tiwanaku del altiplano, e identificó en Arani la cerámica de estilo Tiwanaku Derivado. Rydén (1956) considera que la cerámica "clásica" de estilo Tiwanaku ocurre en Tupuraya, discutiendo que no toda la tradición de Cochabamba-Tiwanaku es de estilo "decadente". Sugiere el desarrollo de una tradición local "decadente" a partir del estilo "clásico" del estilo Tiwanaku en la interacción con las sociedades locales (Rydén 1956:83), llevando a una exagerada "decadencia y convencionalización" en tradiciones cerámicas más tardías. De hecho, el material de entierros en el sitio de Tupuraya, encontrado en urnas enterrados en fosas de pozo y fosas de lajas son sobre todo de estilo Tiwanaku Derivado.

El uso de las nuevas formas, adornos y tratamiento superficial fino caracteriza al conjunto cerámico del estilo Tiwanaku Derivado por la ausencia de los motivos "clásicos" del altiplano, de felino, de cóndor o de cabezas humanas en la decoración, y diferente del estilo "decadente" de los altiplano (Tiwanaku V). En Arani, un estilo decadente le sigue al conjunto de estilo Tiwanaku Derivado, con una disminución de los colores usados, de la simplificación de formas y de diseños y de un tratamiento superficial menos cuidadoso. Bennett considera esta cerámica "decadente" como continuación de la fase precedente.

Walter (1966) produjo en Lakatambo una secuencia estilística general de estilos del periodo Intermedio Temprano e Intermedio en Mizque: los estilos Tupuraya y Mojocoya en la mismo tiempo; en la capa siguiente se reduce la cerámica Tupuraya, y los tiestos Mojocoya se mezclan con Omereque y materiales de estilo Tiwanaku Derivado. La cerámica Tiwanaku Derivado representó 70%-86% de los tiestos (el Tiahuanaco Expansivo según Walter). Solamente tres tiestos se pueden distinguir como cerámica clásica de Tiwanaku. Walter (1966:287) piensa que los estilos Omereque y Yampara están relacionados con la sociedad Tiwanaku, pero que no se pueden ver como simples variantes locales de ella. Dos entierros en Lakatambo tienen materiales de estilo Tiwanaku Derivado con vasijas Omereque y utilizan las urnas de estilo sauces para el entierro.

Finalmente, Byrne (1964) encontró cerámica Omereque en asociación con la cerámica Tiwanaku Derivada en un sepulcro y con Tiwanaku "clásico" en un segundo sepulcro en Cayacayani. Byrne propuso que Omereque fue anterior que los materiales "clásicos" de estilo Tiwanaku en Cochabamba y que influenciaron este último en la formación del estilo derivado en Cochabamba.

El estilo Gray Ware

Esta cerámica en gran parte utilitaria fue definida por Rydén (1956:104) en las colecciones de Mizque de Nordeskiöld, donde se asocia a la cerámica Yampara del periodo Tardío. Más recientemente, esta cerámica se han encontrado en contextos del 400 a.C. con la cerámica monocromática de Mojocoya (Brockington, comm.pers.). Esta cerámica fue utilizada hasta el periodo Tardío. En la secuencia de Mizque, este estilo se ha asociado a los últimos tres periodos de la secuencia dependiendo de sus asociaciones superficiales. El color de las cerámica gris cambia a marrón y a tonos rojizos sobre todo en ollas y urnas. Las urnas exhiben un cuello y collar ancho; se adornan con un amplio puntuado, patrón que puede ser resultado de impresiones de una mazorca de maíz (Figura 7b).

El periodo Tardío (1000-1600  d.C.)

Este periodo es definido por una gama de los estilos particulares a cada una de las áreas de prospección (Figura 3). Sus secuencias respectivas serán descritas individualmente. Un tipo de cerámica doméstica es común a ambas áreas en este periodo Tardío. Durante este periodo, el estilo Gray Ware fue encontrado solamente en el área de la prospección de Mizque.

El área de la prospección de Capinota-Parotani

El estilo Ciaco, el estilo principal en esta área durante el periodo Tardío, primero fue identificado por Bennett (1936) en Arani con la última ocupación de ese sitio, y en Colcapirhua (Figura 2). La cerámica del estilo Ciaco exhibe una decoración con pintura roja y negra con diseños ondulados y de triángulo en las superficies anaranjadas (Figura 9; cnt'd; cnt'd). Este estilo era típico de las urnas del entierro naranjas y sin decorar, una tradición de entierro en Cochabamba desde el periodo Intermedio Temprano. Fue relacionado por Bennett con el estilo La Paya-Inca del Noroeste Argentino.

Los estilos Pacajes e Inka ocurren en proporciones extremadamente bajas. El primer estilo es identificado por sus tiestos con decoración de color negro y rojo oscuro adornados con diseños de llama. La identificación de la ocupación Inka se basa solamente en parte en evidencia cerámica, con peso igual dado a la arquitectura y trabajo de piedra de los sitios donde ocurre (e.g. sitios CP 18, 25 y 36). Ningunas semejanza existen con los tipos imperiales de la cerámica de Cuzco. La cerámica de Cochabamba Inka consiste en cerámica pulidas rojo oscuro y ocres, y es extremadamente similar a la cerámica Ciaco, como fue observado por Bennett (1936). La cerámica doméstica más común del periodo Tardío consiste en vasijas de bordes redondeados fabricados con una pasta que contiene una alta proporción de pizarra molida que se percibe en la superficie de las superficies marrón claro a marrón oscuro de la cerámica.

El área de la prospección de Mizque

Los dos estilos más importantes de la cerámica de Mizque son el estilo Yampara (Barragán 1988; Ibarra Grasso 1965; Walter 1966) y el estilo Mizque Lakatambo. El primer estilo fue llamado Mizque-Tiahuanaco por Rydén en su análisis de las colecciones de Nordenskiöld (1956). Este estilo Yampara fue visto originalmente como resultado del estilo Tiwanaku Derivado. Tiene superficies con engobe de color grisáceo-marrón. Los colores usados en la decoración son el marrón, negro, blanco, y a veces gris y naranja. El color del marrón se convierte con frecuencia a un tono violeta; el blanco tiene un aspecto cretáceo, muy deleznable, y el negro es a veces descolorado casi a gris oscuro (Figura 10; cnt'd).

Ibarra Grasso (1965) dividió los estilos del periodo Tardío en dos subcategorías además de Yampara: Estilos de Presto-Puno, y de Mizque Lakatambo. El Mizque Lakatambo, el segundo estilo de este periodo Tardío (también nombrado Mizque Inka, debido a su semejanza a los diseños de línea fina oscuros de la cerámica Cuzco-Inka; Pereira, comm.pers.). Tiene una pasta blanca compacta y fina, con un engobe fino y fugitivo de colores crema, amarillento o rojo claro, y decoración de línea fina marrón, marrón oscuro y negra. Los diseños son tamaño reducido e incluyen diseños geométricos: líneas paralelas, retículas, puntos, cuadrados, espirales, y líneas curvadas (Figura 11; cnt'd). Sus formas más típicas son jarras globulares con dos asas, la "jarra con pico" (verseur a bec), pukus verticales, y decoración en apliqué de arcilla. El estilo Presto Puno es similar al estilo Yampara, pero tiene diseños blancos finos tales como puntos y las líneas sobre el diseño tradicional policromo.

Investigación sobre la entidad política Tiwanaku

La historia del desarrollo de los estudios de Tiwanaku no será descrita aquí (véase Albarracín 1992; Mathews 1992; Rivera 1994; Kolata 1993a; Lumbreras y Mujica 1983; Ponce Sanginés 1989). Vale observar, sin embargo, que el estudio de Tiwanaku en Bolivia -- y de la prehistoria boliviana --  se ha concentrado en gran parte en el sitio de Tiwanaku. La mayoría de los estudios de Tiwanaku fuera del área nuclear han sido hechos en Chile y Perú. Hace cuatro décadas, Ibarra Grasso (1944) apeló -- sin resultados -- a que la investigación mejore los conocimientos de los desarrollos culturales anteriores y posteriores a Tiwanaku y en otras regiones de Bolivia. Más recientemente, Condori (1989) ha criticado cómo la aproximación de una arqueología Tiwanaku-céntrica y politizada ha restringido otras perspectivas del pasado boliviano.

La entidad política Tiwanaku se formó en el altiplano de los Andes Centro Sur al sur del lago Titicaca entre el 200 -1000/1100 d.C. (Bermann 1994). Después de una corta coexistencia en el periodo Formativo con la sociedad Pukara (Mujica 1985, 1988), Sillumoco (Stanish 1994b), y otras sociedades locales (Bermann 1990; Ponce Sanginés 1970), Tiwanaku vino dominar la región como capital de la entidad política más importante a partir del 400 d.C. El sitio llegó a tener una extensión de 400 has hacia el 900 d.C., con una arquitectura monumental de piedra extensa (Alconini 1993; Kolata 1982; Ponce Sanginés 1972) y estilos iconográficos distintivos en el arte lítico y cerámico.

Los estudios de Tiwanaku han hecho avances importantes en la década pasada [1984-1994]: prospección sistemática en el valle de Tiwanaku (Albarracín 1992; Albarracín y Mathews 1991; Mathews 1992), estudio de sitios secundarios en la campiña que rodea al sitio de Tiwanaku y en regiones periféricas al altiplano (Bermann 1994, 1994; Goldstein 1989, 1993; Owen 1994; Stanish 1992, 1994b; Tarragó 1992), excavación de sectores residenciales monumentales y del talleres en el capital (Alconini 1993; Bawden 1990; Bermann 1989, 1993; Bermann y Graffam 1989; Janusek 1994; Manzanilla et al. 1992; Rivera 1994), investigación de la infraestructura agrícola en las áreas de campiña (Kolata 1985, 1986, 1991; Seddon 1993); y, análisis del colapso de sistema político Tiwanaku (Bermann et al. 1989; Graffam 1992; Ortloff y Kolata 1993; Owen 1992).

La secuencia cronológica cerámica del cinco periodos propuesta por Ponce Sanginés (1972; 1978), basada en la división original de Bennett (Bennett 1934), se ha cuestionado sólo recientemente (Alconini y Janusek 1993; Janusek 1994). La mayoría de las investigaciones han hecho uso de la secuencia original de Bennett-Ponce que distinguía "una cerámica clásica" (el periodo IV de Tiwanaku) y "decadente" (periodo de Tiwanaku V) (Kolata 199á).

Alconini y Janusek (1993) han producido una secuencia revisada con una evolución más detallada de las formas y la iconografía de la cerámica por periodos IV y V. Ellos discernieron una diferenciación espacial en la distribución de los dos estilos del periodo dentro del área nuclear de Tiwanaku. Por ejemplo, la cerámica fina de la cerámica común en el Akapana (Alconini 1993) y Putuni (Janusek 1994), las estructuras monumentales más importantes del sitio, se encuentra raramente en cualquier otra área del sitio o del valle (Albarracín 1992; Janusek 1994; Mathews 1992). Así, los dos "periodos" cerámicos pueden no ser necesariamente consecutivos en tiempo, pero contemporáneos representando contextos de élite y rituales, y contextos rurales y clase menores, respectivamente.

Se han propuesto otras variaciones en la cronología: periodos transitorios (periodo IV/V; Albarracín 1992), y periodos colapsados (Bermann 1993:57) como cuando los materiales del periodo V se encuentran en contextos del periodo IV. Vetters (comm.pers.) analizó una colección de cerámica de Tiwanaku asumiendo ninguna división por periodos; sus resultados finales no sugieren una segregación de periodos por las características iconográficas o morfológicas (en contraste con Wallace 1957).

La cerámica no local está presente en bajas proporciones en el área nuclear de Tiwanaku. En Chiji Jawira (una sección del capital), un taller de la cerámica asumido hasta la fecha al periodo V de Tiwanaku (Rivera 1994:68), mostró cerámica de estilo Tiwanaku Derivado de Cochabamba en 0,8-1% del total de tiestos, con un puñado de los tiestos Omereque y de Karaparial. Janusek (1994) encontró una cantidad substancial de cerámica non-local en el parte tardía de Tiwanaku IV (600-800 d.C.) en áreas residenciales de Tiwanaku. Una presencia constante de conjuntos no locales -- sin el estilo Omereque -- también se ha documentado en el área de Putuni en el periodo temprano de Tiwanaku IV (400-600 d.C.; Janusek 1994:159). Las áreas residenciales de Putuni mostraron tiestos Omereque, Mojocoya, Yampara y Huruquilla, y tiestos de estilo Tiwanaku Derivado.

Durante el periodo de Tiwanaku III en Lukurmata (200-400 d.C.), un periodo de la autonomía relativa para este sitio, hay bajas proporciones de cerámica no local, mientras que la cerámica de Tiwanaku III de Tiwanaku mismo era el estilo más común. Bermann sugiere que la poca evidencia de materiales de estilos Mojocoya y Omereque alcanzó Lukurmata a través de lazos directos con esa región (Bermann 1993: 147). Janusek ha documentado más material foráneo en Lukurmata para el periodo tardío de Tiwanaku IV, con proporciones significativas de tiestos Omereque en el barrio Misiton II (Janusek 1994:213). En este periodo, se sugiere que los tiestos no locales llegaron indirectamente a Lukurmata, en un periodo donde el sitio estaba probablemente fuertemente ligado al sitio de Tiwanaku.

La interacción con la región de Cochabamba es documentada por porcentajes generalmente bajos pero constantes de los estilos de Cochabamba en la región del valle de Tiwanaku. Los estilos de cerámica no locales más tempranos en Lukurmata (Bermann 1994) pueden representar los lazos comerciales independientes que preceden al periodo del control del estado de Tiwanaku sobre el área y sitio de Lukurmata. En la capital misma, la evidencia de materiales no locales se encuentra en contextos Tiwanaku IV y V.

Esta evidencia permite que pongamos una estimación temporal para la llegada de los materiales de Cochabamba al altiplano: anterior al periodo en que Tiwanaku se constituye un entidad política compleja en el periodo IV. En contraste, sin embargo, la fecha de la llegada de los materiales de estilo Tiwanaku en Cochabamba parece en realidad estar alrededor del 600 d.C., según datos estratigráficos y datos de radiocarbono (Brockington et el al. 1987; Anderson y Céspedes 1994). Otros investigadores han propuesto fechas más tardías para la presencia de los materiales de estilo Tiwanaku en Cochabamba (Bermann 1994; Browman 1978; Kolata 1993a).

Clima y desarrollo cultural

Esta investigación apoyó la fecha aproximada de 600 d.C. para la expansión de materiales de estilo Tiwanaku en Cochabamba. Esta fecha se correlaciona a grosso modo con la secuencia de eventos climáticos que afectan la región andina según lo documentado en la muestras estratigráficas del glaciar de Quelccaya en la región de Cuzco (Thompson et el al. 1985; 1988). Se ha sugerido que un periodo de sequías consecutivas y de inundaciones entre el 500 y 600 d.C. en los Andes Centro Sur generó la expansión de la entidad política Tiwanaku fuera del área nuclear (Richardson 1994). En este contexto, la región de Cochabamba habría sido menos afectada por la sequía del altiplano, permitiendo la producción de maíz y de otras cosechas. Los eventos de otra sequía documentados para el ca. 1000 d.C., basado en los mismos datos, se ha utilizado para explicar el colapso de la entidad política del Tiwanaku y del abandono de los campos elevados de la Pampa Koani (Kolata 1992; Ortloff y Kolata 1993; cf. Graffam 1992).

Si bien esta evidencia climática es muy informativa en definir acontecimientos importantes en la evolución de sociedades prehistóricas, mucho más investigación es necesaria en identificar las implicaciones sociopolíticas de tal cambio ambiental para el entidad política Tiwanaku. Por consiguiente, en esta investigación me concentré en los mecanismos económicos y las estrategias políticas a través de los cuales los materiales de estilo Tiwanaku estaban llegando a la región de Cochabamba.

Patrones de asentamiento Tiwanaku y organización espacial

Esta investigación representa la primera prospección sistemática del uso de tierras y asentamientos en la región de Cochabamba. Examinaré los datos de otras regiones con ocupaciones con cerámica de estilo Tiwanaku, aun si no se han analizado usando variables de uso de tierras, como fuente de importantes casos comparativos.

La distribución de asentamientos de los periodos Tiwanaku IV y V documentada en el valle de Tiwanaku se ha interpretado como jerarquía del asentamiento de cuatro niveles (Albarracín y Mathews 1991; Albarracín 1992; Mathews 1992). Un cambio importante en la secuencia es el aumento drástico de sitios rurales pequeños durante el periodo de Tiwanaku V, después de la dominación del valle por centros secundarios. No se hizo ningún análisis del uso de tierras como parte de esta prospección de asentamientos. La prospección de la región de Pampa Koani, al norte del valle de Tiwanaku no se ha publicado.

En la región de Juli-Pomata (Stanish 1993), la secuencia de los patrones del uso de tierras demuestra que en el periodo Intermedio de Tiwanaku la ocupación fue concentrada en tierras planas adyacente a campos elevados. Este patrón refleja una dependencia más alta en la producción agrícola que en periodos anteriores y más tardíos.

La región noroeste del Lago Titicaca se ha examinado de manera no sistemática (Hyslop 1976). El estudio de la ocupación de Tiwanaku en Moquegua fue iniciado como investigación orientada en el sitio de Omo en el valle medio; los resultados de un prospección regional reciente de esa área no están aun disponibles (McAndrews, comm.pers.). La prospección del valle bajo de Moquegua (Owen 1994) no produjo ningún sitio con ocupación de estilo Tiwanaku. La prospección del valle de Azapa está también inédito (Goldstein, comm.pers.) aunque existe información general de sus asentamiento (Focacci 1982, 1983; Muñoz 1983). Una prospección en curso en la región de Oruro del altiplano ha identificado varios sitios grandes con materiales de estilo Tiwanaku (Bermann y Esteves 1993). Desafortunadamente, ninguna prospección sistemática existe para la orilla este del lago Titicaca (Arellano 1985; Faldín 1985; Portugal 1985), o la meseta de San Pedro de Atacama. En Cochabamba, se ha realizado alguna prospección ocasional de asentamientos, de la cual solamente los datos críticos del valle de Mizque estaban disponibles (CUMAT-Pereira 1988). La mayoría de los resultados de la prospección para el valle central siguen siendo inéditos.

Expansión territorial de la entidad política Tiwanaku

La naturaleza de la interacción de Tiwanaku con regiones distantes en los Andes Centro Sur sigue siendo debatida. La cerámica de estilo Tiwanaku y otros artefactos se encuentran en el valle medio de Moquegua (Goldstein 1989, 1991; García-Marquez 1990), en el valle de Azapa (Dauelsberg 1985; Berenguer et al. 1980; Nuñez 1989; Rivera 1991; Santoro 19 80), en San Pedro de Atacama (Browman 1980; Oakland 1985; Le Paige 1961, 1977; Serracino 1980; Tarragó 1992), el altiplano meridional (Berberian y Arellano 1980; Bermann y Esteves 1993; Helsley 1993), y Noroeste Argentino(Berberian 1977). Desde la perspectiva de la entidad política nuclear de Tiwanaku, las diferencias en los materiales de estilo Tiwanaku en estas regiones han sugerido ser resultado de diversas estrategias de interacción. Por ejemplo, en San Pedro de tacama los materiales de estilo Tiwanaku son materiales en su mayoría no cerámicos: artefactos textiles y de madera (Oakland 1985; 1993). Tarragó registró solamente once recipientes de estilo Tiwanaku en una muestra de 600 entierros en el cementerio de Solor en San Pedro de Atacama (1992). La ausencia de artículos de madera y de textil en las otras regiones se puede explicar por factores de la preservación, pero la ausencia relativa de la cerámica de estilo Tiwanaku en Atacama es notable, mientras que es común en las otras áreas.

La distribución espacial de los materiales de estilo Tiwanaku se ha interpretado de cinco maneras:

(1) Como resultado de la expansión territorial hacia los valles andinos mesotérmicos para propósitos de la extracción del recursos con la estrategia de archipiélago (Berenguer y Dauelsberg 1989; Kolata 1992, 199á, 1993b; Goldstein 1989, 1990a; Mujica 1985);

(2) Como consecuencia de la expansión de una red comercial del altiplano (Browman 1980, 1984a; Kolata 1983; Lynch 1983, 1988; Nuñez y Dillehay 1979);

(3) Como marcador de la influencia ideológica/ritual de la entidad política Tiwanaku en otros territorios (Browman 1978; Kolata 1992; Oakland 1985; Wallace 1989);

(4) Como consecuencia de la conquista militar (Ponce Sanginés 1972; Céspedes, comm.pers. 1992); y,

(5) Como combinación de los mecanismos antedichos en forma paralela y/o en secuencia (Mujica 1988, ms; Berenguer 1978; Berenguer y Dauelsberg 1989; Browman 1985; Nuñez y Dillehay 1979; Owen 1994).

El modelar las correlaciones arqueológicas para las diversas estrategias debe proporcionar un punto de partida sólido para interpretar el registro arqueológico en cada región (Mujica et el al. 1985; Stanish 1992). Sin embargo, las investigaciones arqueológicas en cada área hasta la fecha han variado: exámenes sistemáticos regionales; análisis locales a nivel de sitio; análisis de unidades domésticas; y análisis de patrones funerarios. Estas líneas de la evidencia son, por lo tanto, no completamente comparables. Por otra parte, la mayoría de éstos estudios enfatizan el tiempo, la evidencia, y el carácter de las estrategias de control de Tiwanaku y pasan por alto la naturaleza de la organización de sociedades locales en tal proceso. Poco se sabe de los patrones culturales anteriores o contemporáneos a la aparición de materiales de estilo Tiwanaku en estas regiones.

En una aproximación más general, la ocupación de estilo Tiwanaku en el valle de Tiwanaku y en las regiones circundantes se ha correlacionado con las características de un entidad política de nivel estatal (D'Altroy 1992; Isbell y Schreiber 1978) incluyendo asentamientos jerárquicos de segundo orden (definidos por las características arquitectónicas de estilo Tiwanaku tales como templos con plaza hundida) en Sillumoco (Stanish 1994b), Pampa Huancane, Lukurmata (Bermann 1990, 1994), y en Omo (Goldstein 1989, 1993) en Moquegua. No se ha divulgado ninguna arquitectura pública de estilo Tiwanaku de San Pedro de Atacama o de Cochabamba.

Goldstein (1989, 1990a) identificó el sitio de Omo, basado en investigaciones a nivel de sitio, como sitio administrativo colonial controlado directamente por el entidad política Tiwanaku. En contraste, los materiales de estilo Tiwanaku en San Pedro de Atacama se interpretan generalmente como resultado las actividades comerciales por medio de caravanas (Berenguer 1975; Berenguer y Dauelsberg 1989; Browman 1984a, 1984b; Nuñez y Dillehay 1979; Orellana 1985; Tarragó 1992). Oakland (1985) sugiere que existe una técnica e iconografía homogéneas de los textiles del estilo Tiwanaku en estas regiones, una homogeneidad no encontrada en cerámica, especialmente en el material de estilo Tiwanaku de Cochabamba, que sugiere un solo centro de distribución para ese material textil. Mientras que los textiles de estilo Tiwanaku se asocian a cerámica y a textiles locales en entierros locales de la élite en Atacama, Oakland propone un proceso de la distribución de los objetos del culto por las relaciones de intercambio más que por imperialismo y dominación colonial. Esta estrategia parecería particularmente relevante para la región de Atacama, donde la ocupación de asentamientos de estilo Tiwanaku no se ha documentado.

Subsistencia y maíz en el entidad política Tiwanaku

Se han postulado dos modelos para interpretar la estrategia de la subsistencia de la entidad política Tiwanaku. El modelo autónomo del desarrollo de Kolata subraya la autosuficiencia adquirida por la población de Tiwanaku en el área nuclear para su subsistencia (Ortloff y Kolata 1993). El modelo del altiplano de Browman sugiere una fuente externa de recursos para complementar los recursos locales (Browman 1984a). La tecnología agrícola de campos elevados desarrollada en la campiña de Tiwanaku se ha presentado como prueba de los altos niveles productivos logrados para el suministro de alimentos de la densa población urbana de Tiwanaku (Kolata 1985, 1986; 1991; Seddon 1994). Mathews (1992) ha proporcionado datos botánicos para apoyar el modelo autónomo con una proporción predominante de cosechas locales (tubérculos y quenopodiáceas) en los sitios rurales del valle de Tiwanaku para el periodo IV. Mathews (1992) sugiere además que en el periodo V de Tiwanaku, la entidad política Tiwanaku adoptó una estrategia de archipiélago o de "altiplano" para aliviar un déficit productivo. Esto contradice a Kolata que propone que la expansión de la entidad política Tiwanaku en Cochabamba habría sido hecha específicamente para adquirir el maíz para el consumo ritual, y productos exóticos, y no para los comestibles esenciales (Kolata 1992:81).

De la perspectiva urbana, los datos de Janusek (1994:329) sugieren un nivel más alto de interacción interregional, posiblemente para los propósitos de subsistencia, desarrollándose en últimos tiempos del periodo de Tiwanaku IV. En el periodo temprano de Tiwanaku V, la distribución de la cerámica foránea era más centralizada que en el periodo anterior, indicando el control centralizado de la interacción con regiones distantes.

El maíz no es una cosecha cultivada fácilmente en el ambiente del altiplano, en una altitud mucho más alta que su límite máximo de 3200-3400 msnm (Cardich 1987). En el valle medio de Tiwanaku se recuperaron restos de maíz de un contexto de Tiwanaku V en uno de los pocos sitios rurales para el cual se dispone de datos botánicos (Mathews 1992; Lennstrom et al. 1991a; 1991b). Mathews observa que paralelo a la aparición del maíz en el valle de Tiwanaku hay un aumento de las cosechas adaptadas a los campos elevados tales como granos de quenopodiácea. Los restos del maíz son comunes en los complejos de Akapana Este 1 y 2 (Janusek 1994: Fig. 7,24) y Chiji Jawira (Rivera 1994). Una alta ubicuidad de maíz -- mitad de la ubicuidad de la quenopodiácea -- se correlaciona, según Janusek, con una alta presencia de cerámica no local en AKE 2 (1994:156). En AKE 1 se encuentra una alta correlación de grano y mazorca de 2.23 a 1.  Esto podía reflejar que los granos eran almacenados en el área. Las muestras totales arqueobotánicas revelan una parte elevada del quenopodiácea, y una proporción baja de tubérculos, ciertamente debido a los factores de preservación.

En suma, la escala del consumo de maíz documentado para el área nuclear de Tiwanaku no es excesiva, aunque la muestra disponible no es muy grande. Las cosechas de quenopodiácea producidas en los campos elevados eran al parecer el cultivo alimenticio dominante. Sin embargo, el maíz se pudo haber utilizado para propósitos rituales y la producción de chicha, en lugar de, o además de, el consumo diario. Los índices de consumo para estas diversas actividades son difíciles de determinar. Por otra parte, los restos de maíz al parecer no se restringen a las áreas especializadas de almacenaje o de cocina como se esperaría si el consumo y uso de maíz era controlado para actividades rituales públicas. Dado la carencia de estudios arqueobotánicos en sitios de la sierra, algunos prehistoriadores le han dado vuelta al problema, arguyendo que la magnitud de la ocupación material de estilo Tiwanaku en las regiones estudiadas indica la importancia de la adquisición del maíz para la entidad política Tiwanaku.

Dos regiones se sugieren con frecuencia como focos para la explotación de Tiwanaku para los recursos mesotérmico: el valle medio de Moquegua, donde las ocupaciones de Tiwanaku se identifican en Chen-Chen y Omo (García Márquez 1990; Goldstein 1989), y el valle de Cochabamba. Una tercera región potencial del interés, para la cual existe datos muy limitados, habría podido ser la región de los yungas al este del Lago Titicaca (Faldín 1985; Portugal 1985).

Expansión de Tiwanaku a Cochabamba: las opiniones

La presencia de los materiales de estilo Tiwanaku en los valles de Cochabamba es conocida desde hace mucho tiempo (Bennett 1936; Byrne de Caballero 1984; Ibarra Grasso 1944; Money 1991; Ponce Sanginés 1972; Rydén 1956; Tapia 1984; Walter 1966). Esta presencia se ha documentado a través de las excavaciones estratigráficas (Brockington et al. 1985), y del registro circunstancial de montículos arqueológicos en el valle central y otras sub-zonas de Cochabamba (Céspedes, comm.pers.). No se ha identificado ningun sitio con arquitectura pública y restos de estilo Tiwanaku.

A pesar de la carencia de la evidencia arqueológica sistemática, dos hipótesis populares se han presentado para explicar la presencia de los materiales cerámicos de la entidad política Tiwanaku en Cochabamba:

(1) El colapso de la entidad política de Wari (ca. 800, Isbell 1978) obligó al entidad política Tiwanaku buscarl acceso a la bienes y productos obtenidos antes por el comercio con Wari (Browman 1980, 1984a); y,

(2) La entidad política Tiwanaku estableció colonias como parte de un sistema de "verticalidad" en la región de Cochabamba, buscando deliberadamente recursos agrícolas de regiones mesotérmicas hacia el 750 d.C. (Goldstein 1989; Kolata 1992:80; 1993).

Ambas interpretaciones propusieron el inicio de la interacción entre la entidad política Tiwanaku y las poblaciones locales de Cochabamba alrededor del 750-800 d.C., en el periodo de Tiwanaku V, considerado tradicionalmente como la fase "expansiva" para la entidad política. Esta presunción no explica la evidencia anterior de interacción documentada en el área nuclear de Tiwanaku, sugiriendo que los procesos pudieron no haber sido iniciados enteramente por el entidad política Tiwanaku.

Resumen

Este capítulo ha repasado la secuencia de los estilos de la cerámica para las dos áreas de investigación en Cochabamba. Asimismo, ha descrito el estado de la investigación sobre la entidad política Tiwanaku enfatizando la investigación en regiones periféricas y provinciales. Primero, el conjunto de estilo Tiwanaku Derivado de Cochabamba no refleja la división cronológica "clásica" y "decadente" como es considerado en el altiplano. Trabajos recientes han sugerido la contemporaneidad de ambos "estilos" cerámicos incluso en el área nuclear de Tiwanaku. En segundo lugar, dado que ninguna distinción de fases ocurre en la secuencia de la cerámica Tiwanaku, y los datos estratigráficos de Cochabamba sugieren un rápido aumento en el uso de materiales de estilo Tiwanaku que le siguió a varios estilos locales, el tiempo para este evento es sugerido hacia el siglo VII d.C.


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Creado: marzo 2005